lunes, 27 de diciembre de 2010

BOMBA DE TURRÓN Y CHOCOLATE


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡  F e l i z    N a v i d a d  !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ya sé que llego un poco tarde, pero más vale tarde que nunca, verdad? ;-)

Hoy os presento el postre que hice para nochebuena: una tarta-bomba de chocolate y turrón... buenísima!
El sabor está a la altura de la presentación tan vistosa, creedme. Muy, muy buena.

Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una tarta como esta, semiesférica, así que cuando vi la que hizo Fabrisa (con paso a paso incluído, pasaos por su blog para ver las maravillas que hace) pensé que era una señal, y que tenía que hacerla estas Navidades fuese como fuese. Además como va rellena de turrón, es perfecta para estos días.

Cambié la textura del relleno (ella hace crema y yo mousse) y la cobertura de chocolate (me encanta lo brillante que queda esta), así que podéis elegir entre las propuestas de las dos la combinación que más os guste.

Tenía un poco de miedito al hacerla rellena de mousse, por si no soportaba el peso del bizcocho y la cobertura al desmoldarla, pero resistió muy bien.

La hice el día 23 para la noche del 24, pero si la repito la haré un día antes, hoy (día 26) volvimos a tomarla y estaba aún más rica, más reposada.

No me enrollo más, como me dijo hoy un buen amigo...al turrón!

Ingredientes:
Para el bizcocho de chocolate (hice 2):
- 4 huevos
- 130 gr de azúcar
- 120 gr de harina de trigo
- 130 gr de cacao en polvo
- 2 cucharaditas de levadura química (Royal)
- una pizca de sal

Para la mousse de turrón
- 200 ml de nata (para montar) 
- 1 tableta de turrón de Jijona (300 gr)
- 3 claras de huevo
- 2 cucharadas soperas de azúcar
- 2 hojas de gelatina neutra

Para el almíbar:
- 50 ml de agua
- 50 ml de cointreau
- 50 gr de azúcar

Para la cobertura de chocolate:
- 200 ml de nata (para montar)
- 250 gr de cobertura de chocolate
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 hoja de gelatina neutra

Empezaremos haciendo los bizcochos para forrar el molde que utilicemos (yo una ensaladera de pyrex). Podemos hacerlo en cualquier molde que sea fácil de "forrar", no es obligatorio que sea semiesférico. Con esos cuencos de vidrio de Ikea que valen 2 euros seguro que también queda muy chulo... y enorme!

Como puse en los ingredientes, yo hice dos planchas de bizcocho, uno para forrar la ensaladera, y el otro para hacer la "tapa" (que después será la base) redonda.

Os aconsejo hacer la semiesfera con el menor número de trozos (yo con 4), para que luego no se noten las marcas de las uniones.

Sobran bastantes recortes, así que pronto veremos por aquí unas bizcobolas de chocolate, supongo! jajaja!
El bizcocho es muy fácil de hacer:

Batimos los huevos con el azúcar hasta que se monten y tripliquen volumen.

Añadimos el resto de ingredientes tamizados (harina, cacao, levadura y sal) y mezclamos con cuidado, siempre de abajo a arriba, para evitar que se bajen los huevos.
Podemos hacerlo con una espátula o unas varillas.

Vertemos sobre una bandeja de horno, extendemos (queda bastante espeso) y horneamos unos 8-10 minutos a 180º (con el horno previamente calentado).

Pinchamos con un palillo para ver si está listo, sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

El bizcocho que usé para forrar la ensaladera lo corté y coloqué cuando estaba tibio, pero supongo que si se deja enfriar del todo tampoco pasa nada, cogerá igualmente la forma.

Una vez esté forrada, podemos empezar con la mousse de turrón.

Ponemos a hidratar la gelatina neutra en agua fría, y reservamos.

Deshacemos la tableta de turrón, aplastándola con un tenedor o con las manos. Si queremos, podemos dejar unos trocitos un poco más grandes, para encontrárnoslos luego. Aparecerán también unos granillos de almendra, que suele tener el turrón.

Montamos la nata (no hace falta que esté muy firme, con semimontarla llega), y le añadimos las migas de turrón. Mezclamos.

Templamos "un culín" de agua para deshacer la gelatina,  y la añadimos a la mezcla de nata y turrón. Reservamos.

Por otra parte, en un bol muy seco y limpio montamos las claras  con el azúcar a punto de nieve, y las añadimos a la mezcla anterior.
Como en el bizcocho, iremos mezclando de abajo a arriba, para que siga cogiento aire y no se baje la mousse.

Vertemos sobre el molde forrado de bizcocho, y metemos un par de horas en la nevera.

Pasado este tiempo, cortamos un círculo de bizcocho del diámetro del molde, y lo ponemos sobre la mousse.
Aplastamos un poco con las manos para que se pegue bien y no queden bolsas de aire.
Volvemos a llevarlo a la nevera, mínimo 12 horas (mejor sin son 24).

Un rato antes de desmoldar, hacemos el almíbar poniendo los 3 ingredientes al fuego unos 5 minutos, hasta que el azúcar se disuelva del todo y el alcohol se evapore.

Para hacer la cobertura, empezaremos también por poner a hidratar la gelatina en agua fría.

Ponemos al fuego un cazo con la nata y la cobertura de chocolate. Removemos de vez en cuando, para que el chocolate no se pegue en el fondo.

Cuando esté bien disuelto, retiramos del fuego.

Añadimos la cucharada de mantequilla y la hoja de gelatina hidratada. Removemos bien, para que se derritan.

Para desmoldar la "bomba", puse la bandeja donde la iba a servir sobre la ensaladera, y le di la vuelta como a una tortilla de patatas. Ya había leído en el blog de Isabel que se desmoldaba muy bien, así que no le tenía ni pizca de miedo a este paso!

Pincelé abundantemente con el almíbar, y la bañé con la cobertura de chocolate (le di 2 "manos").

Como la volqué en la bandeja en la que la iba a servir (me parecía imposible moverla luego), puse unas tiras de acetato (vale también film de cocina) en los bordes, para  poder retirarlos y que no se machara con la cobertura.

Esta cobertura queda genial, con la textura perfecta y súper brillante, incluso depues de estar 2 días en la nevera.

Así de feliz me quedé al ver la tarta acabada:

Como remate final, decoré con unas almendritas laminadas, unas tejas de chocolate y unas cerecitas escarchadas ( inspirada en la decoración de Isabel, las frambuesas tienen que quedar genial también)... sencillo pero resultón.

Os dejo una foto del corte, para acabar de convenceros de que la hagáis para fin de año... seguro que acertáis!

Y ya de paso os deseo un feliz 2011, que venga cargado de dulces momentos!

domingo, 19 de diciembre de 2010

POLLO AL CURRY

Hace unos días ponía en el Facebook del blog que aún no había entrado en modo navideño... y sigo sin hacerlo!
A ver si llega la inspiración de repente, si no al final me va a pillar el toro!

Bueno, pues a lo que vamos... que a 6 días de Navidad, publico una receta que nada tiene que ver... los polvorenes en julio, ya veréis!

Este riquisimo pollo lo preparé ayer con el curry (mi tesorooooo) que me mandó mi amiga ex-invisible Patricia, del blog Mis galletas y más. Os animo a visitarla, tiene unas galletas navideñas preciosas!

En su carta me contaba que las especias las compran en Tánger... menuda diferencia con el curry que yo tenía en casa, si hasta ni es del mismo color!  Este es mucho más aromático pero a la vez más delicado, se nota que es de calidad muy superior.
Ya de paso os presento los especieros que compré para su regalito.

En la mayoría de recetas suele usarse leche de coco en vez  de nata (o a la vez), pero como no tenía, hice esta  versión que sólo lleva nata, es más de "andar por casa"
Creo que para la próxima probaré con leche evaporada, seguro que queda igual de cremosa y más ligera.

Ingredientes:
- 400 gr de pechuga de pollo
- 200 ml de nata líquida
- 1/2 cucharadita de postre de curry
- almendras (le puse laminadas)
- cebolla
- ajo
- sal
- aceite de oliva

Para decorar: perejil seco, coco rallado, ...

Para acompañar: arroz (en este caso un vasito de basmati y salvaje)


Cortamos las pechugas en dados, de unos 2 cm de lado. Las salamos, y añadimos un par de dientes de ajo rallados. Reservamos.

En una sartén, ponemos a calentar un chorrito de aceite de oliva, y añadimos más o menos un cuarto de cebolla mediana  cortada muy finamente.
Es importante que se vaya confitando a fuego bajo, y que no se lleguen a dorar las puntas.

Cuando esté transparente, subimos el fuego y añadimos el pollo para dorarlo. (Yo retiré la cebolla y la reservé, porque si en el paso anterior no se podían dorar los bordes, me pareció que al dorar el pollo se iba a dorar también la cebolla).

Cuando esté bien dorado, volvemos a poner la cebolla y añadimos las almendras (le puse laminadas) y la nata.
Damos unas vueltas (aquí ya tiene muy buena pinta) y ponemos el curry. Tanto el color como el aroma invadirán todo el plato... una maravilla!

Dejamos que se vaya haciendo lentamente, mejor a fuego bajo para que el pollo no se seque.

Pasados unos 5 minutos, ya podemos retirar del fuego. Ya casi está listo, sólo falta emplatar... y comer, claro!

Como véis, este es un plato de esos que se tarda menos en hacer que en dar la receta.

Queda genial acompañado con arroz basmati (o en su defecto arroz de grano largo normal).

Un poco de perejil seco y coco espolvoreado...y a disfrutarlo! Muchas gracias, Patricia! Estaba buenísimo!

domingo, 12 de diciembre de 2010

TARTA MOUSSE DE QUESO CABRALES Y DULCE DE MANZANA

Hoy os traigo una receta no apta para todos los gustos... aunque seguro que a los que os guste el queso cabrales, os va a encantar!

Si os gusta comer de postre un trozo de queso con pan y dulce de membrillo o de fruta, ¡esta es vuestra tarta!

No es más que una variación de una tarta de queso normal, añadiendo queso cabrales a la crema de queso, y en este caso, dulce de manzana como cobertura, así que prometo no enrollarme mucho!

Es importante no pasarnos con la cantidad de queso cabrales, ya que es muy fuerte, y más vale quedarnos cortos que pasarnos, si no la tarta sería muy pesada.

Además hice sólo media receta de la tarta de queso que hago normalmente (para verla pinchad aquí), porque la de cabrales es mucho más contundente, para tomar de postre con un trocito pequeño es suficiente.

Ingredientes:
Para la base:
- medio rulo de galletas maría
- 50 gr de mantequilla

Para la crema de queso:
- 200 gr de queso de untar
- 25 gr de queso cabrales
- 8 cucharadas soperas de azúcar
- 250 ml de nata para montar
- 3 hojas de gelatina neutra
- 50 ml de agua

Para la cobertura:
- dulce de manzana (unos 200 gr)
- 2 hojas de gelatina
- 50 ml de agua

Empezaremos triturando las galletas en una picadora o aplastándolas con un rodillo o una botella, si no tenemos picadora.

En un bol las mezclamos con la mantequilla a temperatura ambiente, hasta que quede todo bien mezclado. Os aconsejo hacerlo con las manos, para comprobar que está bien homogéneo.
Estas tartas frías podemos hacerlas en moldes desmoldables o sobre un plato con un aro de repostería, unos cortapastas, etc.... Yo utilicé unos cortapastas de plástico de Ikea y unos moldes de silicona tamaño magdalena con forma de flor.

Colocamos los moldes sobre un plato, y ponemos una capa de mezcla de galleta, apretando bien sobre los bordes, para que luego no se escape nada de crema de queso (en los moldes de flor, vertí primero la crema de queso, y cuando estaba cuajada, le puse la capa de galletas por encima).

Reservamos en la nevera hasta que volvamos a necesitarlos.
Para hacer la crema de queso, ponemos un un bol los quesos y la mitad del azúcar, y removemos bien con un tenedor o unas varillas hasta homogeneizar la mezcla.

Montamos la nata con las otras 4 cucharas de azúcar, y la mezclamos con la crema de queso, siempre con cuidado y de abajo a arriba, para que no se baje la nata y la crema quede bien aireada. Así conseguiremos la textura de mousse.

En un vaso con los 50 ml de agua tibia deshacemos las hojas de gelatina previamente hidratadas, y las añadimos a la crema de queso.

Sacamos los moldes de la nevera, y la vertemos sobre las bases de galleta.

Como la crema de queso es bastante espesa, podemos  ayudarnos con una espátula o un cuchillo para alisar la superficie.

Metemos en la nevera unas horas, con 3 o 4 es suficiente.
Para hacer la cobertura de dulce de manzana, hidrataremos también las hojas de gelatina, y las desharemos en agua tibia.

En mi caso el dulce de manzana era casero, y estaba bastante fluído, como una mermelada, por lo que fue muy fácil mezclarlo con las hojas de gelatina disueltas.

Si el dulce es más compacto, supongo que triturándolo con la batidora y añadiéndole un poquito más de agua, quedará igual.

Vertemos el dulce sobre la crema de queso, y volvemos a llevar a la nevera, otro par de horitas (mejor si es toda una noche, para que la tarta "se asiente".
Metí en el congelador los moldes de  flor al echarles la crema, para que mantuviesen la forma. Una vez congelados, podemos desmoldarlos sobre un plato, y dejarlos descongelar en la nevera.
En una horita las flores estaban perfectas para comerlas, blanditas pero sin perder ni un pétalo.

Podemos hacer unas hojitas con dulce de manzana o gelatina para decorar.

Aquí se aprecia bastante bien la textura de mousse:
Y como os decía al principio, hice sólo la mitad de receta de tarta al cabrales... la otra mitad la hice de tarta de queso con cobertura de gelatina de frutos rojos...rica, rica también!

Cada uno que escoja la que prefiera! Hay para todos!

martes, 30 de noviembre de 2010

GALLETAS "BORDADAS" (EMBROIDERY COOKIES)

¡Otras galletas! Ya sé que hace poco que os puse otras galletas decoradas, pero la semana pasada hice estas y no he podido resistirme a enseñároslas!

Es la primera vez que las hago y no han quedado perfectas, pero creo que no han quedado tampoco demasiado mal. Sobre todo al verlas todas juntitas, ¡quedan muuuuuy monas!

No encontré demasiada información en castellano de cómo decorarlas, pero hay algún vídeo en YouTube en el que se puede ver muy bien como se hacen, es muy sencillito.
Por si queréis buscar información, en inglés (como pone en el título de la entrada) se llaman: "embroidery cookies".

La receta es la misma que hice la última vez para las galletas decoradas infantiles (estas), así que os voy a poner la receta tal cual, y al final explicaré cómo hacer la decoración.

Ingredientes:
Para las galletas:
- 225 gr de mantequilla
- 220 gr de azúcar
- 1 huevo grande
- media cucharadita de sal
- 450 gr de harina de repostería
- alguna esencia (almendra, vainilla, limón,...) (opcional)

Para la glasa:
- 1 clara de huevo
- 200 gr de azúcar glas
- una pizquita de cremor tártaro (opcional)

En un bol ponemos la mantequilla (que estará a temperatura ambiente) y el azúcar y mezclamos hasta conseguir una textura esponjosa y fluída.

Puede hacerse "a mano o a máquina", yo esta vez lo hice con  la batidora de varillas.
Añadimos el huevo y la esencia (si le ponemos, a mi me gustan con esencia de limón), y seguimos mezclando hasta que estén perfectamente integrados.

Añadimos la harina y la sal tamizadas, y removemos bien. Al principio se puede hacer con una cuchara, luego os aconsejo directamente mezclar con las manos, ya que la masa queda bastante dura.

Si queremos hacer algunas de chocolate, cuando está la masa acabada, la dividimos en dos partes y a una le añadimos cacao en polvo, y seguimos mezclando.

Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en papel film para que no se seque y la metemos en la nevera una horita (o más, sin problema).
Pasado este tiempo, extendemos la masa y la cortamos con un cortapastas, un vaso, a cuchillo...como prefiramos, van a estar muy ricas igualmente!

Si las vais a decorar con glasa o fondant, debéis poner las galletas en una superficie bien lisa (la bandeja del horno, por ejemplo) para hornearlas, para que no se deformen y luego la glasa se quede en su sitio y no se "escurra".

Las metemos al horno precalentado a 180º, unos 10 minutos. En cuanto se empiecen a dorar los bordes, podemos sacarlas.

Las ponemos a enfriar en una rejilla. Es importante que estén bien frías antes de empezar a decorarlas.

Para hacer la glasa necesitaremos dos ingredientes básicos: clara de huevo (mejor si es pasteurizada, las venden en Mercadona) y azúcar glas.

También podemos añadir una pizquita de cremor tártaro, si tenemos, pero no es indispensable.

Batimos ligeramente la clara, añadimos el cremor tártaro y vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas, viendo como va espesando poco a poco.

Yo esto lo hice a mano, pero puede hacerse con batidora de varillas.

Para decorar estas galletas sólo necesitaremos la textura más densa de glasa, la que es como pasta dentífrica. 

Se utiliza en este caso tanto para el delineado como para el relleno, para que quede bien lisita.

Una vez está lista la glasa, la separamos en diferentes cuencos y añadimos los colorantes (utilicé en gel) para conseguir los colores que queramos.

Ponemos la glasa en biberones de cocina o en mangas con boquilla.... y a disfrutar!

Es súper entretenido decorarlas, sobre todo si vais improvisando en cada una, para que no se haga demasiado repetitivo.
Empezamos haciendo la base de glasa para luego hacer los dibujos sobre ella. Como podéis ver, hice algunas sin base de glasa. 
Quedan muy bien también, y si no nos gusta la textura de la glasa puede ser una buena solución.

Hacemos el contorno de la galleta y lo rellenamos con la glasa, ayudándonos con una espátula pequeña o un palillo para extenderla y nivelarla bien.

Podemos hacer también pequeños puntitos u otras decoraciones en el borde de la glasa, a mi personalmente me gusta mucho como quedan.

Las dejamos secar bien antes de seguir decorando, para no marcarlas. Os recomiendo al menos 12 horas.

Para hacer las decoraciones "bordadas", simplemente tenemos que ir haciendo trazos con glasa y con un pincel fino  sin estrenar (o que hayamos usado sólo en la cocina), ir "arrastrando" la glasa hasta el interior del dibujo, para hacer el degradado.
Al mío le corté la punta, si es plana es más fácil de utilizar.

Yo me pasé un poco con la cantidad de glasa del dibujo, para la próxima vez le pondré menos para que quede más marcado el efecto de bordado, y no tan "pintado".

Podemos hacer flores de mil formas, hojas, mariposas... a dejar volar la imaginación!

Las primeras me quedaron regular, pero según iba haciendo galletas, iban quedando mejor.(por ejemplo: primero hice la amapola azul y luego la blanca, que me gusta mucho más como quedó).

Y creedme, no tengo ni idea de pintar, soy un desastre! Estas puede hacerlas cualquiera.
Además al dibujar sobre la glasa seca, nos permite corregir rápidamente en caso de que hagamos algún desastre.

Cuando estén listas, las dejaremos secar otra vez (tardan menos que antes, llevan mucha menos glasa para este decorado).

Si queremos, podemos añadir pequeños detalles (los centros de las flores, detalles en las hojas,... ¡y otra vez a dejarlas secar!.

Y por fin... a comérselas! Si podemos, claro, qué penita! Son muy bonitas y delicadas!

Esta es una foto de todas las que hice: (podemos combinar algunas bastante decoradas con otras más sencillas)


Y aquí os dejo una foto que os debía hace unas semanas: el "relleno" de la lata del sorteo de las 100.000 visitas! No me había olvidado, nooooo!

Ya os avisé de que era muy poquita cosa (eso si, la lata estaba "a tope, casi reventando"): unas tazas con dibujitos de cupcakes en tonos pastel, unos moldes pequeños de silicona para bizcochos, unas cápsulas de magdalenas, y unas fresas deshidratadas, que me encantan como quedan en los postres.

Como Mónica se está introduciendo en el mundo de la repostería,  le hice también unas guías para hacer galletas y que queden muy lisas ( con unas piezas que me sobraron de unas persianas de lamas).
Yo uso unas iguales, y estoy encantada con ellas (bricotunning a tope!)

jueves, 25 de noviembre de 2010

PASTEL INVERTIDO DE PIÑA Y COCO

Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de Noviembre nos invita a preparar un Pastel Invertido.

Supongo que a los que no conozcáis este pastel os llamará la atención lo de invertido: se llama así porque se hornea con la fruta (en este caso piña) en la base, y luego se le da la vuelta para que quede en la parte superior.

Además puede caramelizarse el molde antes de poner la fruta. El bizcocho irá absorviendo este caramelo durante la cocción, quedando más jugoso y con una costrita muy buena.

Este es un bizcocho que os recomiendo totalmente (ya sé que os los recomiendo todos, pero es que me encantan los bizcochos como este: bastante compacto, húmedo y muy sabroso, y en este caso con un regustillo a piña y coco muy pero que muy bueno.

Cuando el círculo nos propuso hacer este bizcocho de piña invertido, enseguida pensé en añadirle un brick de leche de coco que tenía en la cocina y que estaba deseando usar. Me encanta como combinan la acidez de la piña con la suavidad y dulzura de coco... y con un chorrito de ron ya ni os cuento! ;-)

Eché mano de la receta del famoso bizcocho de yogur 1,2,3, con algunas modificaciones (es súper versátil, lo modifiques como lo modifiques siempre queda bien).

La medida que  utilicé es la que se usa siempre en este bizcocho: el vasito vacío del yogur (de los normales, de 125 gr).

Ingredientes:
Para el molde:
- 100 gr de azúcar
- unas gotitas de zumo de limón
- 8 rodajas de piña en su jugo

Para el bizcocho:
- 5 huevos
- 1 yogur natural
- 1 medida  de aceite de girasol
- 200 ml de leche de coco
- 1 medida de zumo de piña
- 2 medidas de azúcar
- 4 medidas de harina de trigo
- 1 medida de harina de maíz (amarilla)
- 1 sobre de levadura química (yo Royal)
- 1/2  medida de coco rallado

Empezaremos preparando el molde: hacemos el caramelo con el azúcar, y cuando esté dorado le añadimos unas gotitas de zumo de limón.
Lo vertemos con mucho cuidado sobre el molde que hayamos elegido. Con un paño o una manopla vamos moviéndolo para que se el caramelo se pegue también a los laterales.

Sobre este caramelo (cuando enfríe un poco, para no quemarnos), vamos colocando rodajas de piña (enteras o cortadas en trozos, como prefiramos).
Es importante escurrirlas y secarlas bien antes de ponerlas sobre el caramelo, para que no haya exceso de líquido.

Una vez tengamos listo el molde, podemos empezar con el bizcocho.

Batimos los huevos, y añadimos el yogur, el aceite, la leche de coco y el zumo de piña.

Os recomiendo hacerlo con una batidora de varilas o un robot apropiado, a mano puede resultar algo pesado (pero no imposible).

Añadimos el azúcar, y batimo un poco más.

Depués las harinas (de trigo y maíz) y la levadura tamizadas. Os recomiendo ir añadiéndolas poco a poco y batiendo bien para que no se formen grumos.

Por último incorporamos el coco a la mezcla, y la vertemos sobre el molde caramelizado con la piña.

Lo llevamos al horno precalentado a 180º, y lo horneamos unos 35 minutos, hasta que al pinchar con un paillo éste salga limpio.

Dejamos que enfríe un poco dentro del horno, y luego lo ponemos sobre una rejilla (aún dentro del molde).

Cuando haya pasado una media hora volcamos el bizcocho sobre un plato grande o una fuente, pero no retiramos el molde, para que escurra todo el caramelo.

El coco durante la cocción tiende a irse a la superficie (luego al darle la vuelta será la base), por lo que queda un corte con dos texturas distintas: una más abizcochada y esponjosa en la base y otra más cremosa y húmeda en la parte superior.
Parecen dos masas distintas, y las dos muy buenas.
Creo que este puede ser paso siguiente a un bizcocho de yogur para alguien que se está introduciendo en el apasionante mundo de la repostería, es igual de sencillo pero más vistoso y sabroso... de los que no fallan!

Ideal para una merienda-cena con una infusión calentita... o un colacao, como prefiráis! 

Y se conserva en  perfecto estado unos días (si conseguís que dure tanto)!

Me ha gustado mucho de piña, ahora quiero probar otros sabores (plátano y nueces, manzana y pasas,...). Espero que queden tan buenos como  este, seguro que sí!

jueves, 18 de noviembre de 2010

ÑOQUIS DE PATATA

Whole kitchen en su Propuesta Salada para el mes de Noviembre nos invita a preparar todo un clásico de la gastronomía italiana, Ñoquis de Patata.

Menuda alegría me llevé al ver la propuesta salada de este mes! Este es otro de los platos a los que les tenía miedito, y la verdad es que no ha sido para tanto!

Simplemente hay que organizarse un poco, no vale para unas prisas, pero un día que tengáis un ratito os animo a probar a hacerlos, están buenísimos!

Los hice acompañados con una salsa de bacon, nata y tomate que nos gusta mucho para acompañar la pasta, así que con los ñoquis tampoco podía fallar.

En casa nos introdujo en "el mundo del ñoqui" una hermana de mi abuelo que vivía en Argentina, cuando venía a Galicia nos los preparaba y nos chupábamos los dedos.
Hacía muchísimos años que no los probaba, qué recuerdos me trajeron!

Ella los hacía con carne guisada, poniéndolos ya cocidos entre la salsita...mmm! buenísimos! Para la próxima los preparo así, a ver si me quedan tan ricos como a ella.

Incluso mi padre le había hecho una "ñoquera" de madera, para darles la forma (a ver si cuando vaya a casa de mis padres la busco y os la enseño, que es un objeto único).

Bueno, que me desvío del tema!
El caso es que me apetecía hacerlos con la forma típica de ñoquis, con sus característicos surcos, así que viendo algún vídeo en YouTube de cómo se les daba foma con la ñoquera, se me ocurrió probar pegando unos palos de brocheta dejando algo de espacio entre ellos, para que se marcase más la forma.

Primero probé a pegarlos con celo, con la idea de probar con alguno y si funcionaba pegarlos luego con cola o loctite, pero me fui calentando y al final los hice todos así! Resistió perfectamente, el invento! Estoy por patentarlo! jaajajaj!

Hacerlo es muy fácil, simplemente tenemos que poner algo entre los palitos para separarlos y que no se muevan (yo troceé uno y fui poniendo cachitos).
Lo más cómodo es poner primero el trozo de celo sobre un superficie lisa, y luego ir "montanto" los palitos. Es muy sencillo, en un minuto tenemos la pseudo-ñoquera lista.

La receta que os pongo es para 2 personas.

Ingredientes:
Para los ñoquis:
- 500 gr de patatas (enteras y con piel)
- 150 gr de harina de trigo
- 1 huevo pequeño
- sal, nuez moscada

Para la salsa:
- 50 gr de bacon troceado
- 100 ml de nata
- 300 gr de tomate frito
- queso parmesano
- albahaca, orégano

Empezaremos por lavar las patatas y cocerlas enteras y con la piel. Yo las hice al vapor, así quedan bien sequitas.

Cuando están cocidas las ponemos sobre un plato, y pasados unos minutos (los suficientes para no quemarnos) les quitamos la piel.
Las pasamos por el pasapurés (o las pisamos con un tenedor) y las dejamos enfriar.

Una vez hayan enfriado, las ponemos sobre una superficie lisa y hacemos un hueco en el centro.
Ponemos en ese hueco la harina, y hacemos otro pequeño hueco, en el que pondremos el huevo, la sal y la nuez moscada.

Mezclamos todo (sin amasar mucho, lo justo para mezclar todos los ingredientes).

Partimos la masa en 4 ó 5 trozos, y hacemos unos rulitos de 1,5-2 cm más o menos de diámetro.

Para que sea más cómodo, enharinaremos bien.

Cortamos trozos de unos 2-3 cm, procurando que sean todos del mismo tamaño para que tarden lo mismo en hacerse.

Los vamos pasando por la ñoquera: ponemos un trocito en la parte superior, y con el dedo pulgar presionamos y empujamos hacia abajo, haciendo que "ruede" por los palitos.

El pulgar quedará marcado en el ñoqui, dándole forma de "U", lo que hará que se hagan más uniformemente.

Cuando los tengamos todos formados, ponemos una olla con abundante agua al fuego, y cuando hierva echamos los ñoquis.

Se irán al fondo, y en principio cuando suben a la superficie es que ya están listos, pero yo os recomiendo dejarlos un par de minutos más, quedan mejor de textura (aunque de aspecto empeoran un poco, se deshacen un pelín).

Los escurrimos o los sacamos con una espumadera, y reservamos.

Para la salsa, empezamos haciendo el bacon a la plancha (sin nada de aceite) en una sartén bien caliente.

Cuando está tostado, añadimos la nata, y damos unas vueltas para que coja todo el sabor.

Añadimos después el tomate, y las hierbas que más nos gusten (yo soy muy de albahaca y orégano). Dejamos unos 3-4 minutos removiendo de vez en cuando y apagamos el fuego.

Ya tenemos el plato listo!

En un plato sopero ponemos la mitad de los ñoquis, y salseamos y ponemos un poquito más de orégano y unas lascas de queso parmesano... rico, rico!